E-ISSN: 2346-3414
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Fortalecer la coordinación de enfermería para mejorar el cuidado hospitalario
Strengthening Nurse Care Coordination to Improve Hospital Care
Fortalecer a coordenação de enfermagem para melhorar os cuidados hospitalares
1Universidad de La Sabana, Facultad de Enfermería y Rehabilitación. Chía-Cundinamarca, Colombia. Autor de Correspondencia: E-mail: olga.laverde@unisabana.edu.cohttps://orcid.org/0000-0002-0851-0772
2 Universidad de La Sabana, Facultad de Enfermería y Rehabilitación. Chía-Cundinamarca, Colombia. E-mail:clara.sanchez@unisabana.edu.cohttp://orcid.org/0000-0002-8029-7187
Histórico
Recibido: 29 de marzo de 2019
Aceptado: 24 de enero de 2020
Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Resumen
Introducción: La coordinación adecuada para organizar la atención de enfermería a nivel hospitalario es decisiva frente al servicio que se ofrece a los sujetos de cuidado y al mejoramiento permanente de la institución. Objetivo: Describir qué dice la literatura mundial sobre cómo fortalecer el rol de coordinación de enfermería a nivel hospitalario. Materiales y Métodos: Búsqueda integradora de literatura bajo parámetros de Ganong, con publicaciones arbitradas, observación de seis años, sin límites geográficos, en idiomas inglés, español y portugués. Resultados: De acuerdo con la literatura surgen tres categorías que incluyen: características del rol de coordinador de enfermería; impacto de esta coordinación en los resultados frente al sujeto de cuidado; y estrategias para fortalecer el rol de coordinación dentro de la institución. La evidencia que respalda el desarrollo de la coordinación de enfermería en el hospital es débil, con una mayoría de estudios de tipo descriptivo. Discusión: La coordinación de enfermería debe articular la dirección y la operación en el hospital y para ello requiere conocer y acompañar la directriz institucional a mediano y largo plazo y manejar estrategias de motivación y acompañamiento para facilitar su logro. Conclusiones: En una institución hospitalaria, la enfermera coordinadora debe mantener el norte en medio de la cotidianeidad de la asistencia; acompañar y motivar al personal a su cargo mediante competencias de liderazgo, trabajo en equipo y conocimiento clínico e institucional. Requiere para el ejercicio de su rol, proyectar el cambio y mantener un pensamiento integrador.
Palabras clave: Supervisión de Enfermería; Atención de Enfermería; Servicio de Enfermería en Hospital; Literatura de Revisión como Asunto.
Abstract
Introduction: An effective coordination to manage nursing care at the hospital level is essential for the service offered to the subjects of care and for the constant improvement of the institution. Objective: To describe the international literature related to the strengthening of the role of nursing coordination at the hospital level. Materials and Methods: An integrated literature search was carried out under Ganong parameters with arbitrated publications and six-year observations without geographical limits in English, Spanish, and Portuguese. Results: Three categories were identified from the literature search, namely, characteristics of the nurse care coordination role, impact of this coordination on the results for the subject of care, and strategies to enhance the coordination role within the institution. The evidence supporting the development of nurse care coordination at hospitals is poor, most of which are descriptive studies. Discussion: Nurse care coordination must articulate hospital direction and operation, which requires knowing and supporting institutional guidelines over the medium and longer-term and developing motivation and support strategies to facilitate its achievement. Conclusions: The nurse care coordinator in a hospital must keep their focus on the daily care of patients as well as support and encourage their staff through leadership skills, teamwork, and clinical/institutional knowledge. To perform their role, the coordinator must promote change and maintain an integrated approach.
Key words: Nurse Care Coordination, Nursing Care; Hospital Nursing Service; Subject-based Literature Review
Resumo
Introdução: A coordenação adequada para organizar a assistência de enfermagem em nível hospitalar é decisiva diante do serviço oferecido aos sujeitos da assistência e a melhoria permanente da instituição. Objetivo: Descrever o que a literatura mundial diz sobre como fortalecer o papel da coordenação de enfermagem no nível hospitalar. Materiais e Métodos: Pesquisa integrativa de literatura sob os parâmetros Ganong, com publicações arbitradas, observação de seis anos, sem limites geográficos, nos idiomas inglês, espanhol e português. Resultados: Segundo a literatura, existem três categorias que incluem: características do papel do coordenador de enfermagem; impacto dessa coordenação nos resultados contra o paciente; e estratégias para fortalecer o papel de coordenação dentro da instituição. As evidências que sustentam o desenvolvimento da coordenação de enfermagem no hospital são fracas, com a maioria dos estudos descritivos. Discussão: A coordenação de enfermagem deve articular a direção e a operação no hospital e, para isso, requer conhecer e acompanhar as diretrizes institucionais a médio e longo prazo e gerenciar estratégias motivacionais e de acompanhamento para facilitar sua realização. Conclusões: Em uma instituição hospitalar, o enfermeiro coordenador deve manter seu foco no meio da assistência diária; acompanhar e motivar a equipe responsável por meio de habilidades de liderança, trabalho em equipe e conhecimento clínico e institucional. Requer para o exercício de seu papel, projetar mudanças e manter um pensamento integrador.
Palavras chave: Supervisão de Enfermagem; Cuidados de Enfermagem; Serviço de Enfermagem Hospitalar; Rever a Literatura como Assunto
INTRODUCCIÓN
Al revisar el estado del arte sobre los roles y el liderazgo en enfermería, es claro que estos dos temas se articulan e incluso, para algunos autores, el liderazgo hace parte de los roles que debe ejercer enfermería a nivel institucional para garantizar un cuidado de calidad1.
En el ámbito hospitalario, el liderazgo de enfermería es requerido en cualquiera de los roles que se desempeñen y se ha documentado que para ejercerlo el profesional requiere: autoconocimiento, visión estratégica, comunicación eficaz y motivación2; creatividad3; una atención centrada en el usuario con presencia auténtica e integradora4; el fomento de esta condición a los enfermeros desde su formación5; y la consolidación de equipos de enfermería6. Más aún, se ha encontrado relación positiva y significativa entre el liderazgo transformacional y la calidad del servicio que se ofrece a los sujetos de cuidado, siendo este tipo de liderazgo un predictor de la estabilidad laboral y profesional de enfermería7. Investigaciones recientes a nivel mundial relacionan el desempeño de enfermería con los resultados de los servicios hospitalarios, mostrando un efecto positivo entre el número de enfermeros o enfermeras por paciente y los desenlaces clínicos8, así como una disminución del riesgo de muerte de las personas hospitalizadas a partir de tener mejores condiciones de trabajo y satisfacción para las enfermeras en la institución9,10. Sin embargo, no se evidencia documentación sobre cómo fortalecer la gestión institucional en salud a partir del análisis del desempeño de enfermería buscando que los procesos relacionados con el cuidado de la experiencia de la salud de las personas sean eficientes y que las metas planteadas personal, profesional e institucionalmente puedan ser alcanzadas. Para ello, se hizo necesario revisar los roles y liderazgo de enfermería en cada uno de los niveles de la gestión institucional incluyendo en ellos el estratégico, el táctico y el operativo11,12.
Aplicando los planteamientos de roles y funciones para ejercer el liderazgo12 al caso de enfermería, es preciso señalar que en el nivel estratégico su gestión en la institución está en la cima de la estructura jerárquica y desde allí se puede ejercer el liderazgo al establecer con precisión y oportunidad el marco de referencia general para lograr los objetivos profesionales con planteamientos sobre el funcionamiento global, los recursos requeridos y las políticas necesarias para lograr dichos objetivos a corto mediano y largo plazo. En el nivel táctico o de articulación entre el directivo y el operativo, enfermería lidera el cuidado desarrollando un plan para el buen funcionamiento de cada una de las áreas de la institución a su cargo, mediante la coordinación de la utilización de los recursos asignados y la orientación sobre la forma de emplearlos con el fin de lograr los objetivos propuestos en un tiempo determinado. En la base de la estructura institucional, el nivel operativo de enfermería puede liderar realizando de la mejor forma las tareas específicas en su área de trabajo, generalmente asistencial, según los lineamientos de la institución. Dentro de la literatura sobre el ejercicio del liderazgo de enfermería es evidente un mayor desarrollo sobre este tema en la cima y base de la pirámide jerárquica, dejando a la intuición o la experiencia el desarrollo del nivel intermedio. Con el fin de apoyar la visibilidad y poder comprender las opciones de liderazgo que puede llegar a desempeñar enfermería en el nivel táctico en el ámbito hospitalario, este trabajo buscó describir qué dice la literatura mundial al respecto.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio es una revisión integradora de la literatura realizada bajo parámetros propuestos por Ganong y revisados por Christmals13, a los cuales se añadió la revisión del nivel de evidencia, según parámetros de Lobiondo y Haber14.
Se incluyeron artículos registrados en el Metabuscador Eureka que reúne 73 proveedores de contenidos (ver Figura 1).
Figura 1. Diagrama de flujo de la búsqueda
Fuente: Elaboración propia con base en datos del estudio, 2012 - 2018.
La búsqueda incluyó dentro de sus parámetros que las publicaciones se encontraran como revistas arbitradas. Los idiomas seleccionados fueron inglés, español y portugués. En cuanto a las áreas geográficas de las publicaciones, no se establecieron límites. Las palabras clave que se emplearon se relacionan con los siguientes descriptores de ciencias de la salud (DeCS): Supervisión de Enfermería y Hospital, incluyendo términos similares de uso frecuente en la literatura científica, bajo la siguiente fórmula de búsqueda: [(Supervisión de enfermería OR coordinación de enfermería) AND (Hospital OR Clínica OR Institución de Salud)], con sus respectivas traducciones a los idiomas establecidos.
A partir de la búsqueda inicial, se seleccionaron los artículos cuyo contenido hacía referencia a cómo fortalecer el rol de la coordinación de enfermería en una institución de salud. Para la organización y tabulación de los datos, se elaboró una matriz de análisis que incluyó: la referencia, objetivo, metodología, resultados, nivel de evidencia y principales aportes con respecto al fenómeno estudiado.
El análisis del contenido se realizó de forma integradora, en él se buscaron similitudes, complementos y diferencias que se presentaban en la exposición de los conceptos abordados en su relación con la cualificación del cuidado de enfermería.
Con base en su contenido, los hallazgos de la literatura se agruparon en tres categorías que en conjunto permiten comprender y orientar el desarrollo del rol coordinador de enfermería para garantizar calidad del cuidado institucional a nivel hospitalario.
RESULTADOS
Las 54 referencias bibliográficas analizadas presentaron las siguientes características: con respecto al idioma, el 88,9% en inglés, 1,9% en español y 9,3% en portugués. Las fechas de publicación indicaron que en 2012 se publicaron 25,9%; en 2013, 18,5%; en 2014, 25,9%; en 2015 7,4%; en 2016 7,4%; en 2017 11,1% y en 2018 3,7%. El nivel de evidencia de los estudios encontrados, analizados bajo parámetros de Lobiondo y Haber11 mostró que es débil, ya que la mayor parte de los estudios fueron de tipo descriptivo (74,1%), con un 13% de estudios simples no experimentales: casos y controles, correlación o cohorte y un 13% de opiniones de experto; no se evidenciaron revisiones sistemáticas, ni metaanálisis de ensayos controlados aleatorizados, así como tampoco guías de práctica clínica que estén basadas en la evidencia.
De acuerdo con su contenido, los artículos identificados se agruparon en tres categorías: la primera, los atributos del rol de enfermeria como cuidadora, la segunda, el impacto de la coordinación de enfermería, y la tercera, las estrategias para el fortalecimiento del rol (ver Tabla 1).
Tabla 1. Resumen de los estudios encontrados según su aporte a la categoría
Fuente: Elaboración propia.
DISCUSIÓN
La primera categoría describe las características sobre cómo es el rol de enfermería en la coordinación o la supervisión. Ser coordinador de enfermería implica conocer y buscar mejorar los procesos tanto asistenciales como administrativos, manejar la interdisciplinariedad y evitar la fragmentación de la práctica. Esto comprende, un análisis crítico del contexto que debe incluir la evaluación de la atención de enfermería tanto desde la perspectiva de los sujetos de cuidado, pacientes y familiares, como desde aquella que tengan los profesionales de la salud, incluidas las mismas enfermeras, junto con la identificación y manejo de riesgos que se tienen al atender las necesidades de los sujetos de cuidado15; la satisfacción de las expectativas de los usuarios e identificación de acciones educativas requeridas para fortalecer su capacidad de cuidado, así como la de sus cuidadores15. Cuando en las características del profesional de enfermería prima su disposición de cuidar, esta condición se asocia con mejores resultados en los sujetos que reciben su servicio16.
Desempeñar el rol de coordinador de enfermería exige seguir la política institucional convirtiéndola siempre en guía sencilla que se traduzca fácilmente en algo aplicable a la operación cotidiana. Es parte de esta función, vigilar que cada servicio cuente con el recurso humano necesario para el cuidado, así como con la motivación, el conocimiento y el apoyo requeridos, en especial cuando deben enfrentar situaciones de dificultad. Se hace necesario para ello que a través de la coordinación de enfermería se pueda singularizar a cada persona, reconocer su trabajo bien hecho, generar confianza a la vez que se mantenga la exigencia, modelar lo que se espera de cada uno y ser mentor frente al desarrollo de las personas, como base para mejorar los resultados del servicio a los sujetos de cuidado, pacientes y familiares17. Exige también este rol táctico un manejo ético y culturalmente apropiado que permita la sostenibilidad de las transformaciones18. La coordinación puede y debe evaluar la carga de trabajo general y específico que tiene enfermería, al igual que asesorar, facilitar y cuando sea el caso, prever la capacitación y asesoría para el correcto desarrollo de cada una de las tareas y la formación oportuna de un relevo generacional19.
Si bien el rol de coordinador de enfermería en la institución hospitalaria demanda ejercer el liderazgo, mantener buenas relaciones interpersonales, manejar una comunicación asertiva, y desarrollar sentido de justicia, este también exige el talante para requerir trabajo bien hecho, la tolerancia con quien debe aprender, la disposición para colaborar en especial en situaciones complejas, la disciplina y la asertividad para asumir la responsabilidad, pero ante todo la humildad para recibir retroalimentación de jefes y subalternos como un mecanismo de mejoramiento permanente que garantice el ejercicio de su rol como un medio para lograr un cuidado de calidad, además del desarrollo personal15,17,18.
Para que la enfermera que ejerce el rol de coordinadora pueda modelar el cuidado requerido, es preciso que ella tenga idoneidad y conocimiento clínico, total claridad en la estructura y funcionamiento institucional, reconocimiento de las diferentes líneas de autoridad, así como de las normas y los procesos institucionales que debe acompañar y ayudar a trasmitir15, 17, 20.
Puesto que la práctica de la coordinación en el contexto clínico siempre va acompañada de dilemas éticos y situaciones complejas tanto en el cuidado de los sujetos, pacientes y familiares, como en el manejo del personal, es indispensable cotar con preparación para analizar los sucesos y tomar las decisiones de manera adecuada21; en tal sentido, el coordinador se debe preparar para afrontar dilemas éticos frente a los cuales es preciso privilegiar la calidad de vida, la integridad humana y la seguridad del sujeto de cuidado20, 22; así como su bienestar23.
Otra de las competencias requeridas por enfermería a nivel coordinador es la de ayudar a disminuir los niveles de estrés tanto de los cuidadores como de los receptores del cuidado, teniendo para ello una mirada integral, buscando fortalecer las condiciones adecuadas para el servicio, el aprendizaje continuo, con modelamiento de la conducta esperada, acompañando e inspirando y respaldando al equipo en cada una de las tareas emprendidas24. De esta forma, quien ejerce el rol coordinador de enfermería puede estar disponible y hacer la diferencia en su servicio, ayudar a que los procesos de cuidado fluyan de manera armónica, manejar las crisis, y ser un recurso de la administración que fortalece la capacidad de cuidado25.
La segunda categoría, establece el significado del rol de la enfermera coordinadora en la dinámica de una institución de salud, en donde la articulación entre niveles directivo y operativo permite garantizar un trabajo integral y continuo enfocado en los sujetos de cuidado, pacientes o familiares, mientras se fomenta el buen desempeño y la sensibilidad del recurso humano de enfermería frente a los procesos requeridos por el servicio, se canalizan los recursos disponibles para cumplir la misión y visión institucionales y se logran acuerdos de trabajo frente a las políticas de cuidado establecidas26.
A este respecto, la estrategia de supervisión clínica estructurada y fortalecida en red, ha demostrado su utilidad para que la coordinación de enfermería pueda mejorar los resultados de la práctica, reflexionar sobre dicha práctica, fortalecer a las personas, disminuir su estrés y evitar el agotamiento27. Vale la pena señalar que, en este campo, la supervisión o coordinación de enfermería no se debe limitar a las relaciones y el cumplimiento de tareas, sino que puede orientar el cambio, identificando indicadores de seguridad tanto para los receptores del cuidado, como para el personal28. Esta seguridad además de ser relevante se asocia a su vez con la satisfacción del desempeño de enfermería, lo cual genera un círculo sinérgico a favor de una mejor atención29.
Se ha documentado que las prácticas positivas de coordinación de enfermería se relacionan tanto con mejores resultados en los sujetos de cuidado, como con el desempeño del mismo personal29,30. De igual forma se ha señalado que cuando enfermería cuenta con un ambiente laboral positivo ofrece un cuidado de mayor calidad31. La enfermera coordinadora puede prever situaciones de desgaste profesional e institucional y ayudar a mantener las condiciones requeridas por el personal a su cargo para que estas no se materialicen31. Más aún, la coordinación de enfermería ha mostrado fortaleza propia frente a la respuesta positiva del talento humano, aun cuando este se enfrente a múltiples cambios institucionales y a diferentes abordajes educativos en la preparación para las tareas que debe ejercer32. Un coordinador capacitado disminuye la sobrecarga, el estrés del personal y la depresión que se puede asociar con los mismos33. Más todavía, el liderazgo positivo de la coordinación de enfermería, considerado de forma independiente, puede tener influencia sobre el desempeño del personal que presta la atención34.
Los coordinadores de enfermería capacitados y apoyados por sus organizaciones son más propensos a permanecer en sus funciones, comprometidos con la calidad del cuidado que se da a los sujetos, pacientes o familiares, y con la formación de líderes en desarrollo35. Estos coordinadores pueden además mejorar indicadores de procesos asistenciales con el consecuente cambio significativo en costos36; pueden lograr innovación como una impronta del comportamiento laboral37; y demostrar el éxito clínico a pesar de tener que enfrentar restricciones propias de contar con recursos limitados38. Por el contrario, se ha documentado también que cuando el coordinador de enfermería carece de competencias para el ejercicio de su rol, su desempeño puede llegar a afectar negativamente al grupo que se encuentra a su cargo, con efectos que pueden ser devastadores tanto para el gremio como para la misma institución39.
La tercera y última categoría que surgió del contenido refleja cómo se puede mejorar el ejercicio del rol de coordinador o supervisor dentro de la práctica de enfermería. En las estrategias mencionadas para fortalecer el rol de coordinador, se documenta la pertinencia de revisar los criterios que la institución tiene para hacer la selección de coordinadores. En ellos, debe ser tenida en cuenta la forma y capacidad de comunicación de los aspirantes, la competencia para integrar al equipo de trabajo y el reconocimiento que sus colegas y demás profesionales hagan de sus capacidades de liderazgo40.
Se ha establecido que cuando la coordinadora de enfermería es percibida como una gestora clínica por parte de sus colegas, ella logra generar un mayor nivel de confianza dentro del equipo y que esta cercanía se asocia con el cuidado de calidad41. Más aún, la congruencia de percepciones entre quien ejerce el rol de coordinador de enfermería y el equipo, frente a los requerimientos del sujeto de cuidado, ha sido identificado como un indicador de resultados óptimos de la labor de enfermería42. En tal sentido, la coordinación de la atención requiere el desarrollo de estrategias para alinear los recursos con las necesidades del sujeto de cuidado, paciente o familia, en todos los puntos del servicio institucional a lo largo del continuo que debe incluir desde su contacto inicial y admisión, hasta el alta hospitalaria y seguimiento para la promoción y mantenimiento de su salud43.
De acuerdo con algunos expertos, la clave de la coordinación de enfermería en una institución hospitalaria es la capacidad de ser un líder de servicio, que haga crecer a quienes se encuentran por encima y debajo de su nivel jerárquico, sin que su actuación sea protagónica pero donde tampoco pueda ser fácilmente sustituida; este liderazgo se comparte de muchas formas que deben incluir las rondas de enfermería, la actualización y el fomento de la capacidad para el trabajo44.
De otra parte, es necesaria la reflexión permanente del coordinador sobre su propia práctica y la previsión de actividades profesionales que ayuden a cohesionar al equipo y que faciliten su labor como: la implementación de manuales45; el reconocimiento de las personas y su labor46; la promoción de la salud mental47; y el fortalecimiento del trabajo en red con el fin de mejorar el desempeño de manera continua y generar un impacto que haga de la institución un sitio más atractivo48.
El problema de la alta rotación institucional de enfermería, uno de los más frecuentes en el mundo y que genera alto riesgo a los sujetos de cuidado, además de los elevados costos de la capacitación, puede y debe ser abordado por la coordinación49. Se ha reportado que las enfermeras con altos niveles de compromiso afectivo hacia su unidad muestran bajos niveles de intención de giro, en especial cuando la colaboración enfermera-médico a nivel grupal es alta. En tal sentido, es preciso implementar prácticas que promuevan buenas relaciones entre el personal y la coordinación de enfermería y que a la vez propicien una buena relación enfermera-médico como un factor relevante para la estabilidad laboral50. Más aún, se ha señalado que las relaciones adecuadas entre enfermería y el resto del equipo de salud pueden tener un mayor impacto positivo si el modelo de gobierno institucional fomenta la autonomía y el control que ejerce la enfermera coordinadora en la institución51.
De otra parte, se ha encontrado que los programas educativos que apoyan el liderazgo transformacional de la coordinación de enfermería incrementando el nivel de conocimiento, con uso de técnicas de simulación, en especial sobre el manejo de situaciones frecuentes, ha generado en las enfermeras un sentido de orgullo profesional, ha mejorado el nivel de confianza para tomar decisiones y para comunicarse de forma asertiva52,53, y además de esto, logra impactar positivamente la comunicación entre los usuarios y sus enfermeras52.
El estilo de liderazgo de la coordinación cuando se toman decisiones frente a dilemas éticos puede influir tanto en los servidores del área de la salud, como en los sujetos de cuidado, pacientes y familiares, y por ello se hace necesario buscar mecanismos para aprender de forma permanente tanto de la práctica de los colegas, como del propio ejercicio de atención al sujeto de cuidado54. Complementan los hallazgos anteriores los del resultado de la implementación de un programa diseñado para optimizar la capacidad de las enfermeras coordinadoras para transferir el cuidado en la cabecera del paciente, que mostró que cuando se logra esta participación además de cumplir con los propósitos del cuidado, fortalece la capacidad de cuidar55. La coordinación de enfermería requiere hacer un balance permanente entre las pretensiones institucionales y la realidad de los sujetos de cuidado, pacientes y familiares. Una acción que busca satisfacer las demandas de las autoridades o ceda ante presiones de efectividad sin tener en cuenta la calidad del cuidado, o una que desatienda los principios fundamentales de la institución, puede llevar a este nivel de enfermería a enfrentar serias complicaciones de tipo administrativo e incluso legal56.
Otro mecanismo que se plantea para el mejoramiento del rol coordinador de enfermería en la práctica institucional es el análisis de brechas en la prestación de servicios, siguiendo un proceso integral que permita identificarlas, entenderlas y minimizarlas o cerrarlas; este proceso permite a la coordinadora hacer un puente entre la operación a su cargo y la dirección a quien rinde cuentas de su responsabilidad. Para ello, se ha recomendado conocer cuáles y cómo son las mejores prácticas, revisar las expectativas legales y regulatorias y tener en cuenta los estándares de cuidado de la salud y de enfermería de manera que se cuente con un parámetro de análisis claramente establecido57.
En las estrategias de fortalecimiento de la coordinación, se pone de manifiesto la relevancia del registro de la actividad de enfermería, sin el cual no queda evidencia de las necesidades de cuidado resueltas58. De igual forma, es necesario para la enfermera que ejerce el rol de coordinadora, conocer y comprender el informe gerencial financiero, lo que resulta clave para direccionar la acción de enfermería de manera que además de la calidad, muestre su costo efectividad59.
Algunas herramientas de apoyo para la coordinación han sido diseñadas para mirar la tendencia del cuidado en donde se revisan la utilización del servicio y la condición de los sujetos de cuidado, en cada turno, para que la asignación del recurso sea óptima y ayude a prevenir la carga adicional en los trabajadores60. En este mismo sentido, se ha identificado la necesidad de educación y formación amplias en torno al propósito y la práctica de enfermería, como un elemento indispensable para poder aprovechar la supervisión a favor de una mejorar la experiencia de los sujetos de cuidado61.
Si bien el abordaje de la coordinación de enfermería pueda hacerse de forma presencial y en equipo, principalmente en las unidades especiales62, se ha recomendado también como algo indispensable que la coordinadora revise nuevas formas de apoyo mediante el empleo de tecnologías específicas63, previa capacitación, entrenamiento y acompañamiento para el uso adecuado de las mismas, sin olvidar la intención de facilitar y mejorar la experiencia de la salud de los sujetos de cuidado en la institución y facilitar y promover el cuidado y capacidades dentro del talento humano de enfermería a su cargo.
Paradójicamente, la supervisión efectiva de la coordinadora de enfermería puede tener un efecto negativo en el conflicto trabajo-familia y uno positivo en el compromiso organizacional. Sin embargo, el conflicto trabajo-familia se asocia con el estrés laboral y termina generando efecto negativo a largo plazo en el compromiso organizacional. De esta forma, el apoyo del supervisor debe considerar de manera simultánea cómo atender el conflicto trabajo-familia y el aumento del compromiso organizacional con un ambiente de trabajo cómodo, condiciones laborales adecuadas, mayor opción de participación en la toma de decisiones, mejor servicio de bienestar para el equipo, atención al nivel de estrés individual, fortalecimiento de habilidades de comunicación y negociación y observación del equilibrio entre las actividades laborales y familiares64.
Es necesario que la coordinación de la atención de enfermería busque que la misma tenga procesos estructurados que sean reproducibles y medibles. Los expertos señalan que este proceso no se puede dejar al azar, sino que debe contar con un diagnóstico, un plan, y unos indicadores que evalúen el quehacer de enfermería y que sirvan para que, de una parte, se visibilice el cuidado y de otra, se ayude a que la institución genere fidelización o resulte atractiva para quienes tienen la posibilidad de elegir un servicio de salud. Tener y medir indicadores de cuidado de enfermería, sirve a la coordinación como una estrategia para revisar y estructurar, procesos y resultados alrededor de la experiencia de los sujetos de cuidado, y de acuerdo con lo que las directivas de la institución han propuesto65.
Mejorar el nivel de la coordinación de enfermería en una institución hospitalaria, supone revisar la evaluación de esta función con base en guías adecuadas para ello, que de acuerdo con los expertos deben incluir: habilidades en la toma de decisiones, liderazgo, motivación, comunicación, manejo del tiempo y pensamiento sistémico y estratégico66.Puede afirmarse que establecer el estatus de las enfermeras coordinadoras es una tarea compleja que debe ser planeada e implementada secuencialmente para garantizar éxito en cada una de las tareas emprendidas. Esta transformación es una decisión política que repercute en el bienestar del personal de enfermería y en la calidad de atención que se presta a los sujetos de cuidado, bien sean estos pacientes o familiares67.
Para finalizar, es preciso señalar que es la suma de estas tareas de esfuerzo individual y colectivo por parte de los profesionales de enfermería y las instituciones, articulando todos los niveles de atención a favor de la experiencia de los sujetos de cuidado, lo que permite garantizar un servicio verdaderamente humano 68,69 .
CONCLUSIONES
La literatura analizada en esta investigación evidencia que el rol de coordinación debe conocer y acompañar la directriz institucional a mediano y largo plazo para facilitar su logro. Es su función mantener esa directriz como norte en medio de la cotidianeidad. Son las competencias personales de liderazgo, el conocimiento de la institución, el manejo clínico y de la información, así como la capacidad de comprender, acompañar y motivar a las personas, lo que puede garantizar el éxito en responder de manera adecuada para mejorar la experiencia de los sujetos de cuidado a nivel del hospital.
Más aún, el profesional de enfermería que ejerce la coordinación hospitalaria puede influir en los demás miembros del equipo a su cargo, así como en los sujetos de cuidado, pacientes y familiares, desarrollando en ellos sus propias capacidades, facilitando sus relaciones y sus habilidades de cuidado. Si la coordinación de enfermería cultiva una cultura de confianza sin perder de vista la proyección a largo plazo, puede responder a dos frentes de manera simultánea: el primero, apoyar a las directivas institucionales y el segundo, facilitar la actividad operativa a quienes se encargan de esta, lo que favorece fortalecer un cuidado de calidad dentro de la institución.
En tal sentido, comprender y fortalecer el rol de coordinación de enfermería a nivel hospitalario, puede generar mayor estabilidad del personal de enfermería en la institución y garantizar menor rotación del personal y mejor cuidado a los sujetos, pacientes y familiares, atendiendo así el fin último y tendencias de esta disciplina profesional.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
REFERENCIAS